En la ciudad japonesa de Nagoya, nuestros investigadores lograron aislar una enzima que combate el cáncer de hígado. Factores de riesgo y causas: Existen varios factores de riesgo y otras afecciones que promueven el desarrollo de tumores primarios en el hígado.
Estos incluyen:
Consumo excesivo de alcohol (considerada la causa más común)
Hígado graso (causado por el consumo excesivo de alcohol, la obesidad grave y la diabetes)
Cirrosis hepática debido a una infección viral crónica (hepatitis B y hepatitis C)
Sustancias tóxicas presentes en mohos que suelen colonizar frutos secos o cereales (aflatoxina)
Trastornos congénitos del metabolismo del hierro (hemocromatosis)
El cáncer de hígado es una enfermedad progresiva. Si el hígado se ve afectado por un cáncer, también conocido como carcinoma, aparecen síntomas que suelen ser difíciles de detectar y de detección tardía.
Dolor abdominal superior inespecífico o presión en la parte superior derecha del abdomen, diarrea, ictericia, sudoración intensa, debilidad general, pérdida de apetito e incluso pérdida de peso pueden ser signos tempranos. El hígado es responsable de la desintoxicación sanguínea y de numerosos procesos metabólicos. Este órgano vital puede sufrir daños crónicos, lo que aumenta el riesgo de debilitamiento o cáncer de hígado. Los tumores malignos del hígado incluyen el carcinoma hepatocelular y el colangiocelular, también conocidos como cáncer de hígado primario porque se originan directamente en el hígado o en el sistema de conductos biliares. Los tumores malignos también pueden propagarse a otros órganos durante la enfermedad; si esto ocurre, se denominan metástasis.
Nuestra enzima para el cáncer de hígado ralentiza el crecimiento y la propagación de las células cancerosas en el hígado.
Recomendamos tomar una cápsula dos veces al día.
Información sobre el cáncer de hígado:
El cáncer de hígado, también conocido como carcinoma hepatocelular (CHC), es una enfermedad maligna en la que se forman células cancerosas en el hígado. El hígado es un órgano vital del cuerpo que realiza muchas funciones importantes, como la producción de bilis, la desintoxicación de toxinas, el almacenamiento de vitaminas y la regulación del metabolismo. Existen varios tipos de cáncer de hígado, pero el carcinoma hepatocelular es el más común y se presenta con mayor frecuencia en personas con enfermedades hepáticas subyacentes, como cirrosis, hepatitis B o hepatitis C.
Las causas exactas del cáncer de hígado no siempre están claras, pero ciertos factores de riesgo pueden aumentar el riesgo, entre ellos:
Infecciones crónicas: Las infecciones crónicas por hepatitis B o C aumentan el riesgo de cáncer de hígado. Estos virus pueden dañar el hígado con el tiempo y provocar cirrosis, lo que aumenta el riesgo de cáncer.
Cirrosis hepática: El daño hepático a largo plazo causado por el consumo de alcohol, la hepatitis crónica u otros factores puede provocar cirrosis hepática. La cirrosis aumenta el riesgo de cáncer de hígado.
Consumo de alcohol: El consumo excesivo de alcohol durante un período prolongado puede dañar el hígado y aumentar el riesgo de cáncer de hígado.
Enfermedad del hígado graso: La enfermedad del hígado graso no alcohólico, en la que la grasa se acumula en el hígado, puede provocar inflamación y daño hepático, y aumentar el riesgo de cáncer de hígado. Los síntomas del cáncer de hígado pueden variar, pero en las primeras etapas de la enfermedad no suelen presentarse síntomas específicos. Posteriormente, pueden presentarse síntomas como pérdida de peso inexplicable, dolor abdominal, ictericia (coloración amarillenta de la piel y los ojos), pérdida de apetito, fatiga e hinchazón abdominal.
El diagnóstico de cáncer de hígado suele implicar pruebas de imagen como ecografía, tomografía computarizada o resonancia magnética, así como análisis de sangre para medir la función hepática y marcadores tumorales como la alfafetoproteína (AFP). Podría ser necesaria una biopsia de tejido para confirmar el cáncer.